Tras los descensos aparece tu nueva ruta,
un desierto en el que estás más solo
que cuando empezaste a navegar.
Nunca debiste haberlo emprendido,
dejaste el lujo a tu espalda
esperando algo mejor.
Puede que confiaras demasiado
en tu brújula desimantada;
señales de guía sigues
por donde la tierra fluya.
Un juicio negro, mientras
Penélope
se clava profunda la desmitificación,
su hacer por hacer para poder deshacer.
Este es tu destino, tu jodida fortuna,
¡aterriza de una vez!
Suelo firme es lo que
ansías,
pero no será en esta vuelta
no será en el primer mundo,
desde luego.
Porque bajo la clave de la llave encontré
los cantos de sirena de la Odisea.
Después de que un destino
cruel
cegara a tus propios dioses,
los astros se alinearon
y este asalto te han ganado.
Zarandeado te sientes
por las altas pasiones,
de los que buscan en la tierra
un reflejo de su grandeza.
Lo mejor no será buscar
finales felices
para disfrutar de tránsitos intransitables
Y, ahora, que solo te escuchan
las paredes de los cascotes del barco,
transformas la voluntad en videncia.
Una brizna de hierba al aire
con un túmulo de piedra ardiendo,
ese eres tú,
Ulises.
Ilustración: Leo & Diane Dillon.